23.5.10

la linea naranja


hace ya un rato que no me subía al metro. me gusta el metro porque me cuenta muchas historias. me entretiene por ejemplo imaginar la vida de las personas en el anden opuesto - como el señor con las flores, que está sudando y muy serio - me pregunto si se habrá peleado con su esposa o si las flores serán para su amante o si estará en plena etapa de conquista y casi me dan ganas de cambiar de anden para seguirlo y ver para quien son. luce tan nervioso.. ojalá le vaya bien. ya en el vagón me gusta estudiar caras y manos también. ya van varias veces que se me pasa mi estación por andar examinando gestos y movimientos. pero hoy fue diferente, hoy que el metro iba casi vacío sentí como me examinaban a mi. era un señor mayor, de unos 70 años. mientras sentía sus ojos (ya medio grisaseos supongo que por los años) clavados a mi pecho yo me hacía la que iba muy concentrada leyendo. me sentía incomoda, de verdad. pasaron 3 estaciones hasta que me bajé en auditorio. entonces me puse a pensar que quizá, así como yo coleccionaba caras y manos.. él coleccionaba escotes. y me dio melancolía, un poquito. (por no haber tenido mucho que ofrecerle para su colección)


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