hoy como siempre sonó la alarma a las siete con cuarenta y cinco. me hago la que no la escucho y despues de veinte segundos se calla para volver a sonar a las siete con cincuenta y dos. le suelto un golpe al reloj y empiezo a moverme automaticamente, inconcientemente dejandome llevar por la inercia de una lluviosa mañana de abril. no quiero pararme de la cama, pero la luz que se filtra por la ventana me obliga a abrir los ojos -llueve con rabia- pienso, mientras me abrazo a la almohada y me envuelvo en las cobijas. el tipi tapi constante me recuerda que hoy va a oler a tierra mojada y a cosas vivas.. me arrulla.
le quito las pilas al reloj porque me pone nerviosa y decido que ese dia no existe el tiempo, no importa si se me hace tarde o si no llego a clase de historia. que mas da.
me dispongo a romper la rutina.
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