Acostada en la cama miro detenidamente las arrugas de las sábanas, mi almohada preferida, mi pijama de lunares.. desvío la vista hacia la pared, algunas fotos, manchas y grietas. Escucho voces en el piso de arriba, y maullidos de un gato que no tengo.
Me veo dos segundos después de pie junto a la ventana. Lugares y lugares que ya no llevan nada dentro. Mirar un sitio vacío durante mucho tiempo y luego dar la vuelta, girar la vista por un segundo y al volver, encontrarse con algo distinto, algo que no reconoces, que no recuerdas haber visto.
Y se siente como esos dias que crees tener el punto claro, decidido, y al minuto siguiente ya no lo sabes; y pasas horas preguntandote dónde se te perdió la capacidad de decisión, quién te la robó.
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